sábado, 12 de febrero de 2011

Matasellos del Castillete del Arnao en diciembre de 2008

A finales del siglo XVI (1569 ó 1593), el fraile Agustín Montero descubrió una mina de carbón de piedra en Arancés, Castrillón y cargó, por mandato del Rey Felipe II dos navíos para Portugal, entonces unido a España. Tres siglos después, el 24 de Agosto de 1.858, la reina Isabel II y su esposo Francisco de Asís llegaron a estos parajes para visitar la mina que en 1833 habían concedido a la Real Compañía Asturiana de Minas. Por primera vez en el mundo una reina descendía a una explotación. Tenía el pozo 80 metros de profundidad y luego se inclinaba siguiendo una capa de carbón que se hundía bajo el mar Cantábrico, siendo un caso único en España. Aunque en 1833 se inicia la explotación metódica de Arnao, es muy probable que existieran “chamizos” a cargo de lugareños, si no desde aquél lejano s. XVI, sí al menos desde finales del XVIII, según describe Jovellanos en 1792. Se trata de un manchón de hulla estefaniense emparedado entre terrenos del periodo Devónico que cuentan con vistosos fósiles, en especial corales, de hace casi 400 millones de años. La primera cita geológica se debe a la Comisión de Facultativos (Ezquerra, García, Amar y Bauzá) quienes en 1830 informan al Director General de Minas (Elhuyar) que “En la Concha de Arnao ... es donde hemos visto las capas de carbón de mayor potencia”. Tres años después, la Dirección General de Minas concede los yacimientos a la RCAM por R.O. del 14-11-1833, fecha de la que se cumple ahora el 175 aniversario. El arranque del carbón se hacía por el sistema de tajos horizontales en retirada, siendo el caso más antiguo conocido en España de lo que hoy llamamos “subniveles”. El alumbrado se hacía con candiles de aceite pues el grisú era extraño. La ventilación era natural, con entrada de aire por el pozo y salida por chimeneas. Había además un ventilador auxiliar para casos urgentes. En 1854, la Compañía es autorizada por el Gobierno para extender sus actividades a la metalurgia del zinc como consecuencia del descubrimiento de yacimientos de calamina en la provincia de Santander y de blenda en Guipúzcoa. Al año siguiente se inició la producción del metal en Arnao. El abandono definitivo de la mina se produjo a causa de las filtraciones de agua del mar en el año 1912 (1915 según otros). Hoy día, Arnao conserva importantes muestras de arqueología industrial que son memoria viva de la apasionante historia que hemos tratado de sintetizar. Entre otros elementos, destacan: la Casona del Director, las viviendas obreras, las escuelas del Ave María, algunas dependencias de la fábrica (hoy Asturiana de Zinc S.A.), la pequeña locomotora "Eleonore" (adquirida en 1880 en Bélgica) y, por supuesto, el castillete, construido con maderas nobles pero totalmente revestido con el zinc de la propia compañía para protegerlo de las agresiones costeras. En noviembre de 2003 el GRUCOMI colaboró con la Asociación de Vecinos de Santa Mª del Mar en la colocación del monolito que conmemora en Arancés la primera mina de carbón de Asturias. Desde entonces los Encuentros del Patrimonio Minero son una realidad anual que en esta ocasión apoyamos con la emisión de un matasellos especial que celebra la nueva luz que comienza a emitir el viejo pozo.
(Dibujo y texto Pedro Fandos (2008). Fuente: Víctor Cires y Pedro. Fandos (2001), “El pozo abuelo del carbón asturiano. Una historia europea del XIX: la mina Arnao de la RCAM”, Actas del 1º Encuentro de Escritores de la Mina, GRUCOMI, 2003, pag 80-94). Matasellos Pedro Fandos. Foto del sello y de la tarjeta personalizados: Pedro Martínez Mielgo) 

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