miércoles, 22 de febrero de 2012

La Real Compañía de Minas impulsó una revolución arquitectónica

Piedras Blancas,

I. MONTES

La arquitectura civil castrillonense, además de los palacios de la nobleza y después de los indianos, se transformó en el siglo XIX con la instalación de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) en Arnao. El rey Felipe II concedió la primera autorización para la explotación de una mina en Arancés, en las inmediaciones del palacio de los González del Valle. Fray Agustín Montero envió a Felipe II en 1591 una carta pidiéndole el apoyo para la explotación minera, según los documentos encontrados por los arqueólogos Iván Muñiz y Alejandro García en los archivos del Ministerio de Cultura en el año 2010.

En la segunda mitad del siglo XIX y en el primer cuarto del XX, la RCAM revoluciona la arquitectura civil castrillonense. En el último cuarto del siglo XIX se construye la Casona, que se convierte en la residencia de los directores de la RCAM. Las escuelas del Ave María de Arnao comenzaron a construirse en 1910 y se inauguraron 1913, según un proyecto del arquitecto Tomás Acha Zulueta. De esa época data también el casino, hoy rehabilitado como centro de recepción de turistas de la mina y el castillete de Arnao.

Todas esas construcciones, así como los grupos de viviendas de los empleados y los obreros que la empresa construyó en Arnao, Las Chavolas y El Pontón y otros elementos arquitectónicos vinculados a la RCAM están incluidos en el inventario del Patrimonio Cultural de Asturias.

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