viernes, 18 de abril de 2014

Tres marineros muertos y dos desaparecidos al hundirse un arrastrero gallego ante Navia

El desplazamiento de la carga, probable causa del hundimiento del "Mar Nosso", con base en Marín, que salió de Avilés para cerrar la costera de la xarda

18.04.2014 | 16:59


Tres pescadores portugueses murieron ahogados y otros dos permanecen desaparecidos (cuya búsqueda se ha reanudado esta mañana) al hundirse a veinte millas de la costa de Navia el arrastrero luso "Mar Nosso", matriculado en Viana do Castelo, al norte de Oporto, pero con base en el puerto pontevedrés de Marín (Pontevedra). Otros siete pescadores, cinco gallegos y dos portugueses, lograron sobrevivir tras permanecer unas dos horas en el mar a la espera de que llegase ayuda. Y es que el barco se hundió sin que se activase la radiobaliza de emergencia. La llegada de otro pesquero luso que faenaba en la zona, el "Mar da Galega", evitó que los supervivientes perdiesen también la vida. Se trata del segundo arrastrero gallego de bandera portuguesa que se hunde en las costas asturianas en el plazo de cuarenta días, después del naufragio del "Santa Ana", con ocho fallecidos.
En las tareas de búsqueda reanudadas a primera hora de este viernes participaron la embarcación Salvamar Capella y el helicóptero del Principado de Asturias, además de varios pesqueros.
Por la tarde toman el relevo el barco Alonso de Chaves y, desde el aire, el Pesca 2 de la Xunta de Galicia.
El arrastrero "Mar Nosso", de 32 metros de eslora y construido hace 40 años, había partido del puerto de Avilés en torno a las dos y media de la madrugada para faenar en la última jornada de la costera de la xarda (caballa). En torno a la una de la madrugada había descargado en los muelles el pescado capturado en la jornada anterior.
El barco, patroneado por el portugués Francisco Silva Santos, uno de los dos desaparecidos, se dirigió, a 5,7 nudos, hacia los caladeros situados frente a Luarca y Navia, conocidos como la "playa de Busto". La última señal del pesquero se produjo a las once y catorce minutos de la mañana. Una media hora antes, el barcohabía cambiado bruscamente de rumbo. Como hipótesis, se apunta a un posible desplazamiento de la carga durante el izado de los aparejos. El buque llevaba en ese momento unas 100 cajas de xarda, según comunicó el patrón al armador poco antes del naufragio.
Cerca de la una y cuarto de la tarde, el "Mar da Galega" avistó el casco del "Mar Nosso", con la quilla al sol, expresión marinera con la que se indica que el barco está boca abajo. Siete pescadores aún estaban vivos y fueron izados al "Mar da Galega", que lanzó de inmediato una señal de socorro. Otro pesquero que se encontraba en la zona, el "Kika", recuperó dos cadáveresUn tercero sería encontrado por el buque de salvamento "Alonso de Chaves", poco antes de las siete de la tarde. Los fallecidos son António Abel Cascão Silva, Amérigo Suárez Regufe y José Estévez Faría. Aún no ha sido posible rescatar los cuerpos del ya citado Francisco Silva Santos ni de Manuel Silva Carinha. Todos proceden de la comunidad pesquera de As Caxinas, en las localidades portuguesas de Vila do Conde y Povoa de Varzim, donde ayer esperaban noticias las familias de los fallecidos, en la sede de la Associação Pró-Maior Segurança dos Homens do Mar (Asociación para una mayor seguridad de los hombres de la mar).
Cuatro de los pescadores, que presentaban hipotermia debido al tiempo que permanecieron en el agua, fueron evacuados en helicóptero a los hospitales de Cabueñes y Jove. En el primero se encontraba el que presentaba un estado más grave, Francisco Manuel Alvite, de 55 años y vecino de Vilagarcía de Arousa y que recibió el alta esta misma tarde. En el de Jove fueron ingresados el patrón de pesca del barco, Jesús Álvaro González, de 56 años y vecino de Marín; el portuguésSebastião Ferreira y Rafael Meixide Rodríguez, también de Marín. Los dos primeros han sido dados de alta esta mañana, Meixide tuvo que esperar a primera hora de esta tarde al serle detectada una lesión en la ingle que fue revisada por los médicos.
Los otros tres pescadores fueron evacuados por el helicóptero de la Xunta de Galicia al Hospital Comarcal de Burela, en Lugo. Aunque su estado físico era bueno -que no el psíquico, según indicó el gerente de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Marín, Juan Carlos Martín Fragueiro, que acudió a visitarlos junto al armador Claudino González Covelo-, quedaron ingresados y también han recibido el alta. Se trata de José Martín Calo, de 53 años y vecino de Pontevedra; Francisco Pereira Iglesias, de 51 años y residente en Bueu, y el portugués Bernardino Augusto Korabicho, de 48.
Los armadores se desplazaron desde Marín hasta Burela y posteriormente a Gijón para visitar a los supervivientes. También les correspondió la penosa tarea de reconocer los tres cadáveres recuperados. La esposa de uno de los pescadores acudió al Hospital de Jove para estar cerca de su marido. Al patrón de pesca, Jesús Álvaro González, uno de los más afectados por la tragedia, apenas le quedan dos meses para jubilarse.
Poco después de darse la señal de alarma acudió a la zona la embarcación salvamento con base en Luarca, la "Salvamar Capella", así como el "Helimer Cantábrico" y la embarcación "Alonso de Chaves". Este barco intentó remolcar el arrastrero, pero éste se hundió definitivamente en torno a las siete de la tarde. Se cree que está a unos 170 metros de profundidad.
En Gijón preocupaba sobre todo el estado de salud de Francisco Alvite. Llegó con cuadro de hipotermia severo y fue necesario aplicarle calor envolviéndolo con una manta térmica. No obstante, su temperatura corporal no llegó a bajar de los 35 grados, según el jefe de la guardia, el doctor Herminio Martín. Permaneció consciente en todo momento.
A media tarde, se había estabilizado su situación médica. "Evoluciona bien y su pronóstico es bueno", explicó el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, tras visitarlo en la unidad de observación del Hospital de Cabueñes, donde estará ingresado hasta que "los médicos tomen una decisión clínica en función de cómo pase la noche" y "a la espera de que lleguen sus familiares". Ayer, dada "la parte emocional lógica de lo ocurrido", se desaconsejaba cualquier alusión al accidente, más allá de las pesquisas que tendrán que realizar los expertos de Salvamento Marítimo para determinar lo sucedido. Tanto el Consejero como los médicos apuntaron que los tripulantes ingresados en Cabueñes y Jove llegaron bastante nerviosos por lo que había pasado.
El Consejero también visitó a los ingresados en Jove. "Los tres están en buena situación. Sufren un cuadro de hipotermia. Después de estar aquí se recuperan bien y pasarán a planta, pero en principio su salud es buena. He estado hablando con ellos y, lógicamente, están pasando una situación difícil porque esto no es habitual. El patrón de pesca tiene un grado de afectación mayor por la responsabilidad que uno tiene en los barcos, pero creo que lo va entendiendo y aceptando la situación, sabiendo que es algo que marca mucho y afecta mucho a las emociones. Tiene preocupación por los embarcados". La doctora que atiende a estos tres náufragos, Begoña Álvarez Muñoz, indicó que la evolución es favorable.
El gerente de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Marín, Juan Carlos Martín Fragueiro, no quiso hacer especulaciones sobre las causas del siniestro. "De forma ordenada habrá declaraciones de todos los supervivientes. Mañana (por hoy viernes) llegarán las familias de los tripulantes portugueses y es momento de estar con ellas. Tres cadáveres ya han sido reconocidos, hay otros dos desaparecidos y los operativos de Salvamento Marítimo están trabajando en la zona. El barco está a unos 170 metros de profundidad porque se ha hundido. Cumplía con todas las condiciones de seguridad en vigor expedidas por las autoridades portuguesas y ahí no hay reproches que hacer", señaló. Martín dijo no explicarse lo ocurrido, ya que la mar presentaba unas condiciones inmejorables. Instantes antes del naufragio, el patrón del barco habló con el armador y todo iba bien. Y lamentó la que supone tercera tragedia de la pesca gallega en apenas seis semanas.
Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde esta mañana se han practicado las autopsias, para posteriormenete ser trasladados al Tanatorio de Cabueñes, desde donde serán repatriados.

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