sábado, 19 de marzo de 2016

Ayer y hoy del teatro en Salinas

Ayer y hoy del teatro en Salinas

VCB - Salinas


 Desde los primeros años de su creación como colonia veraniega, Salinas disfrutará de una gran diversidad de actividades culturales tras las agotadoras jornadas de playa, influencia, probablemente, de algunos destacados profesores del paraninfo asturiano como Adolfo Posada, Aniceto Sela, Adolfo Álvarez-Buylla, Félix Aramburu, Rogelio Jove y Bravo o el propio Leopoldo Alas "Clarín", conocidos como el “Grupo de Oviedo”, que eligieron Salinas como destino veraniego y serán los encargados de dinamizar la vida cultural de los primeros veranos. Estos docentes de nuevas ideas basadas en los principios pedagógicos del krausismo y la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos, tenían como objetivo prioritario acercar la cultura a personas ajenas al ámbito académico y, por supuesto, no perderán la oportunidad de hacer lo propio en sus estancias veraniegas en la localidad.

Entre las muchas actividades de carácter cultural que se realizaban tendrá especial relevancia su afición por el teatro, que era compartida por un nutrido grupo de propietarios y visitantes. Durante las temporadas estivales preparaban obras, para ser representadas ante la colonia, de autores destacados del panorama nacional como los hermanos Álvarez Quintero, Linares Rivas, Muñoz Seca o Sebastián Alonso, pero también pequeñas piezas de un único acto escritas ex profeso por alguno de los aficionados que participaban en la puesta en escena. Los actores eran los propios veraneantes, dirigidos a su vez por miembros de la colonia, que además se encargaban del atrezzo y la construcción ad hoc de los escenarios, pues en los inicios estas representaciones tenían lugar en algún paraje natural del entorno o en el pinar de doña Teodora Carvajal, hasta que años más tarde se construya el Cine Ideal, escenario que tomará el relevo a los campos y pinares.

Interior del desaparecido Cine Ideal. En este escenario se representarán numerosas obras teatrales interpretadas por los miembros de la colonia veraniega.

Las representaciones eran el entretenimiento de un buen número de aficionados que dedicaban muchas horas al ensayo y puesta en escena, pero también era la distracción de un público entregado que disfrutará viendo a la juventud emulando a María Guerrero o Ricardo Calvo, grandes actores de la escena nacional de la época. Tenían casi siempre un carácter benéfico y se utilizaban como reclamo para recaudar fondos con los que financiar obras importantes para la colonia como la construcción del primer edificio del Club Náutico[1] o el actual templo[2], que reemplazará en su día a la desaparecida capilla del Carmen.

Un grupo de aficionados posando tras una representación musical benéfica (1927).

Esta afición era tal que, para conmemorar la inauguración de su sede social, el Club Náutico organizará un concurso literario costumbrista en bable titulado "Teatro de la Naturaleza", cuyas bases eran publicadas en el diario local "La Voz de Aviles" el 22 de septiembre de 1915 y en el que participarán las plumas más relevantes de las letras asturianas del momento. Un jurado de lujo, formado por escritores reconocidos como Rogelio Jove y Bravo (miembro de la Real Academia de la Historia), Adolfo F. Villaverde (Maestro y Director de las Colonias Escolares de la Universidad de Oviedo), Benito Álvarez-Buylla (Silvio Itálico), David Arias (Ánemos) o Antonio María Valdés (Aneroyde), será el encargado de otorgar el premio a Pachín de Melás con la obra "Na Quintana" y a Eloy F. Caravera (Paquito Candil) con "Rosina", vencedores de este curioso certamen, cuyo mayor premio y recompensa será ver representadas sus obras los días 21 y 22 de agosto de 1916 por actores aficionados de la propia colonia veraniega, entre los que destacamos a Teresita Hernández, Asunción Maradiaga, Jesús G. Ovies, José Torre, Ramón G. López, Celestino Fernández y Eloy Martínez.

     
Obras ganadoras del Concurso literario Teatro de la Naturaleza organizado por Club Náutico en el verano de 1916.

La afición por el teatro pervivirá a lo largo de la historia y muchos serán los que participen de los distintos grupos que han existido en la localidad dedicados a la escena. Algunos de esos jóvenes llegarán a formar parte de compañías de aficionados que recorrerán los teatros asturianos y unos pocos alcanzarán el profesionalismo como Adriano Prieto Mier, un currante de la escena, eterno secundario con una dilatada trayectoria en teatro, cine y televisión, al que deseamos llegue a triunfar algún día como protagonista, ¡talento no le falta!. (Adriano Prieto Mier)

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