sábado, 19 de marzo de 2016

Hace 130 años Salinas construyo su capilla

Hace 130 años Salinas construyó su capilla

VCB - Salinas

En 1886 algunos miembros de la recién creada colonia veraniega, cansados de subir hasta el templo parroquial localizado en San Martín de Laspra (o de los Pimientos, como se prefiera), decidieron evitar la tremenda cuesta que separa ambas poblaciones y construir un local donde poder celebrar los actos litúrgicos, evitando de este modo el sacrificio del penitencial desplazamiento. Se trataba de dar un paso más hacia la consolidación de Salinas como estación estival, tratando de conseguir la mayor cantidad de servicios y comodidades para los propietarios y visitantes. La iniciativa parte de Javier Aguirre, arquitecto de la Diputación provincial, y Jenaro Alas, ingeniero militar y hermano del universal escritor y docente Leopoldo Alas Clarín. Ambos fueron socios y promotores de las primeras edificaciones[1] de la estación veraniega y junto a Teodora Carvajal, viuda de José Galán y hermana del marqués de Pinar del Río, considerados los pioneros y fundadores de la actual Salinas. 

          
Javier Aguirre                                      Jenaro Alas

El martes 23 de marzo de ese mismo año se replanteaban los cimientos de la capilla que habría de levantarse, umodesto edificio de unos once metros de largo por seis y medio de ancho construido por la empresa Centro de Construcciones de Oviedo, y cuyo montante será sufragado totalmente por una suscripción popular "entre los propietarios de la colonia y algunos concurrentes”[2]. Se edificará en un solar de 270 m2 en la desaparecida Plaza del Carmen, ubicada en un segmento de la actual Calle Ramón y Cajal, unos terrenos inicialmente cedidos por Aguirre y Alas, aunque en la inscripción[3] del Registro de la propiedad figurarán como vendidos a Francisco Martínez Vigil, Obispo de la diócesis.

Postal de la Capilla del Carmen

El 16 de julio de 1886, festividad de Nuestra Señora del Carmen, era inaugurada oficialmente la capilla con una misa solemne presidida por Benigno Rodríguez, Ilustre Provisor del Obispado, que además de oficiar la celebración de forma totalmente altruista, habría donado algunos ornamentos litúrgicos imprescindibles para el culto[4]. Tres años más tarde el pequeño templo será elevado a la categoría de Coadjutoría filial de la parroquia de San Martín de Laspra, comprendiendo ésta las poblaciones de Salinas y Raíces.
En los primeros años de la segunda década del siglo XX la capilla será objeto de una ampliación llegando a alcanzar los dieciocho metros de largo, aunque con el mismo ancho original. A pesar de la ampliación, el edificio pronto se quedará pequeño y una parte de la población entendió necesaria la construcción de un nuevo templo capaz de albergar al elevado número de fieles, aunque este proyecto todavía tendrá que esperar unos años.

La Capilla pronto se quedará pequeña

La idea de construir un nuevo edificio se empezará a fraguar en octubre de 1918 por iniciativa de algunos feligreses entre los que se encontraba la famosa pintora María Galán Carvajal, hermana del arquitecto que a la postre realizaría el proyecto. Se organizarán rifas, tómbolas, funciones teatrales [5] y otras actividades para recaudar fondos con los que poder afrontar su construcción. En octubre de 1921 se adquiría el solar por valor de 9.000 Pesetas, cantidad nada despreciable para la época, y en diciembre de 1928 tenía lugar el acto de bendición y colocación de la primera piedra[6], que será presidido por el arcipreste Andrés Blanco Bolaño, asistido por los sacerdotes Cándido Alonso y Evaristo Quintana, ejerciendo de maestro de ceremonias el coadjutor de San Martín de Laspra, Joaquín Fernández Ocharán. 


Proyecto de Julio Galán para la nueva iglesia de Salinas (Porfolio veraniego del Club Náutico de 1931)

El templo será diseñado por el arquitecto local Julio Galán Carvajal, pero será su hijo, el también arquitecto Julio Galán Gómez, el que finalizará el proyecto tras el fallecimiento del primero. Fue inaugurado y bendecido durante las fiestas sacramentales de agosto de 1938 por Manuel Arce Ochotorena, Obispo por entonces de la diócesis. En la víspera de la festividad de la Inmaculada de 1940 se bendijo el altar mayor, que ya presidía por entonces el retablo restaurado por María Galán y que hoy luce en su interior, considerándose esta fecha como la oficial de su puesta de largo. Sin embargo, años más tarde, el pueblo tendrá que seguir organizando algunas actividades para recaudar fondos con los que realizar los últimos remates. No faltarán iniciativas para ello, algunas pintorescas, como las becerradas celebradas durante los veranos de 1945 y 1946 a iniciativa de algunos socios del Náutico y cuya recaudación sirvió para dar por finalizada definitivamente la obra.

Becerrada celebrada en el verano de 1946 para recaudar fondos para rematar el nuevo templo

Esta buena nueva para el pueblo será el final de la vieja capilla ya que, poco tiempo después, será derruida, pero siempre quedarán para el recuerdo las imágenes que de ella nos han llegado y que testimonian su existencia.


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